“Antes pecada de confianzuda, ahora soy simpática”
A los 27 años, y tras varios éxitos consecutivos en TV, decidió alejarse temporalmente del medio para estudiar y dedicarse al teatro, donde protagoniza Emma Bovary, un éxito de público y crítica.
“Tengo varias propuestas de cine, la obra de teatro, Emma Bovary, voy a estudiar en la Escuela del Relato, de Ana María Bovo y voy a retomar mis clases de flamenco”.
Cualquiera que lea este comentario no se imagina que son los dichos de una actriz que viene de protagonizar el programa de televisión de ficción más prestigioso de 2004, y que luego de varios éxitos ininterrumpidos en ese medio decide hacer un impasse para probar cosas nuevas.
Pero a los 27 años, Julieta Díaz decidió incursionar en nuevos terrenos. Y no le fue nada mal.
El año pasado tuvo su primer protagónico en teatro con Emma Bovary, una obra de Ana María Bovo donde un coro de mujeres va relatando la vida de Emma, la protagonista de la novela de Flaubert.
La obra fue un éxito de público y crítica y este año se repuso nuevamente en el Centro Cultural de la Cooperación, donde cada fin de semana se agotan las 164 localidades de la sala.
-¿No es atípico en este momento de tu carrera, que venís de varios éxitos en TV, dejar todo para hacer teatro y la Escuela del Relato?
-Lo que pasa es que hice mucha tele y, por suerte, me fue muy bien e hice cosas que me encantaron. Pero también es sembrar en otros lados. Mi carrera la he hecho básicamente en televisión, pero no me considero sólo una actriz de televisión. Para nada. Me parece que hacer teatro es una buena opción para popularizar y que se conozca otro tipo de emprendimiento que yo haga, porque la gente que me ve en la televisión es también la que va al teatro. Lo de la tele suma.
-¿Cómo llegó la propuesta de Emma Bovary?
-Yo me la encontré a Ana María Bovo en los premios Clarín y, como había visto un espectáculo de ella que se llamaba Maní con chocolate, le comenté que me gustaba lo que hacía y que me encantaría trabajar con ella, como comúnmente le digo a la gente que me gusta como trabaja. Al mes me llamó y me dijo: ‘¿Leíste Madame Bovary?’. No, le dije y me contestó: ‘Leelo porque te quiero proponer una obra de teatro que escribí en base a Madame Bovary con la técnica del relato’.
La familia unida
Julieta es hija de Ricardo Díaz Mourelle, también actor y con quien ya trabajó alguna vez. “En televisión hicimos algo chiquito juntos y nos reíamos viéndonos”, recuerda y agrega: “ Es mi maestro en el laburo y es una buena persona, así que creo que me inculcó buenos valores”.
-¿En cuanto influyó tu papá para que fueses actriz?
-Muchísimo, es fundamental. Por eso me hice actriz, creo. Porque conocí el teatro por él. Después me gustó, pero fue una influencia bastante directa y hoy es mi profesión y no la cambio por nada.
-¿Y con tu mamá como es la relación?
-Mi vieja no es actriz, pero estudió. Y también estudió letras, escribe, estuvo en la Escuela de Ana María Bovo. Tiene mucha sensibilidad artística. Con ella es desde otro lado, porque tiene una búsqueda espiritual muy fuerte. Tiene un grupo ecologista, de meditación, sin fines de lucro. Con mi vieja me divierto mucho, siento que me enseña muchas cosas, que me educó bien y también es mi maestra en lo espiritual. Pero los dos se copan mucho con mi trabajo, y encima soy hija única, así que imaginate…
Los inicios
-¿Cuando fue el momento en que te sentiste actriz, que dijiste me dedico a esto?
-En verdad siempre me sentí actriz. Desde que empecé a estudiar, pero tenía claro que para ser actriz había que empezar a laburar. No a ganar dinero, sino a laburar. Y fue cuando empecé a trabajar fuerte, en Campeones, y hubo una rutina y empecé a pagar mis cuentas.
-¿Cómo llegaste a la tele?
-Yo venía estudiando hace varios años y mi viejo conocía Fernando Spinner, que iba a hacer una miniserie de suspenso, Bajamar, y mi viejo (que también es actor) fue a hacer el casting junto conmigo. Su personaje tenía que tener una hija y el dijo ‘mi hija es actriz, no tiene experiencia, pero estudia’. Fui con él y quedamos los dos, pero no pudo hacerlo porque tenía una obra de teatro en el San Martín. Yo sí. Y de ahí conocí a un director, a otro y empecé a hacer bolos (pequeñas participaciones), a dejar curriculums y videos míos, hasta que caí en Pol-ka para hacer bolos, cada vez más importantes. Un día me dieron siete capítulos en Gasoleros. Yo no sabía, pero me estaban probando para Campeones. Y de ahí arranqué. Tenían sus dudas para ponerme en Campeones, pero por suerte se arriesgaron (ríe).
La fama
Para alguien con tanto nivel de exposición pública muchas veces sobrellevarlo no es tarea sencilla, pero no parece ser el caso de Julieta.
“Me fui de vacaciones sola a Brasil y no me conocía ni el loro –recuerda- y lo disfrutaba, pero hay algo que tiene que ver con la cotidianeidad, con la confianza y la familiaridad que tiene eso, que a mi me gusta. Cuando me felicitan por mi trabajo porque lo vieron y les gustó, me encanta”.
Para ella lo bueno de ser conocida es que se siente “como en casa” en todos. “A veces es rompebolas, como a veces estar en tu casa es rompebolas –admite- pero hay algo de eso que me seduce, porque la gente me siente como familiar y yo, en cierta manera, también, porque enseguida genero algo de confianza. Me gusta, de chiquita soy así. Antes pecada de confianzuda, ahora soy simpática (ríe). Porque antes, cuando no era conocida, decían ‘esta es medio confianzuda’.Ahora, como soy famosa y yo enseguida me prendo, es que soy simpática”.
Recuadro
Dar una mano
“A mi me gusta involucrarme desde mi trabajo porque siento que sumo ahí. Y si llama la atención mi figura, está bueno que lo haga en lugares como DiAGONAL, Hecho en Buenos Aires o en Teatro por la Identidad”, afirma.
Entre otras cosas, Julieta participó en dos ediciones de Teatro por la Identidad, el ciclo que promueven las Abuelas de Plaza de Mayo para generar conciencia a partir de las expropiaciones de los hijos de los desaparecidos durante la última dictadura militar. Además, estuvo en los eventos que Cáritas organiza junto al programa Dando una mano, de Radio Nacional Folklórica.
“Mi vieja también estuvo en el último evento de Cáritas ayudando junto con amigas y no son conocidas. Hay un montón de gente que lo hace. Y si mi aporte no hubiese sido de este lado, a lo mejor hubiese sido desde otro, haciendo otra cosa”, sostiene.
Pero hablando de solidaridad y ayudar ayudar, reflexiona: “Los seres humanos somos un poco egocéntricos, pero la vida continúa. Es terrible, pero la vida continúa y es una bola difícil de parar. Pero también es una paradoja porque si uno no para y ayuda al de al lado nunca se va a solucionar nada”.
Escribir
Entre todas las cosas que le gustan a Julieta, escribir es una de sus preferidas.
“Me gusta escribir poesía. Me encanta escribir, buscar las palabras exactas para una expresar una idea, buscar una metáfora para una sensación…”.
-¿Puedo pedirte una poesía para publicar?
-(silencio)…Bueno. Está bien. Me da como vergüenza, pero voy a buscar una que me guste mucho y te la envío.
El envío llegó y aquí está:
Insatisfecho
Trepa la lluvia en los troncos. Aumenta.
Se multiplican el bosque y las hojas.
Pies descalzos que buscan por la fría tierra la raíz.
En este atardecer eterno la saliva helada del mundo me cubre, y busco...
Espero.........espero................espero........................
El sol indeciso en la huída no puede volver a salir.
Espero............desespero.......(!)
...Entonces, se levanta el piso bajo mis dedos yertos cual Lázaro
después del sueño en pausa, y caigo dentro.
Me mezclo en el barro.
Se deshace mi cuerpo y mi mente: Soy suelo cálido dentro del mundo, ahora.
Madera blanda que se astilla en el lodo y se pierde.
Blanca flor que atraviesa el humus sin dolor.
Certeza.
Alegría.
Soy la miel que recorre los tallos más verdes.
Soy eterna.
Soy viento que lava la pena.
Felicidad que reposa.
Perfil
Julieta Díaz
Actriz, soltera, 27 años
Comenzó a estudiar teatro a los 12 años
En TV comenzó en la miniserie Bajamar y pequeñas participaciones en diversos programas, pero el reconocimiento llegó con Campeones. Luego continuó en Ilusiones, 099 Central, Soy Gitano y Locas de amor.
En cine trabajó en Herencia (2001), Déjala correr (2001) y Rockability (2000), además de varios cortos.
También participó en varios videoclips como "Volver a empezar", de Alejandro Lerner y "Sueños", de Diego Torres. El más renombrado fue "Mariposa traicionera", de los mexicanos Maná porque se besaba con otra chica.
Actualmente protagoniza en teatro Emma Bovary, de Ana María Bovo basada en la novela de Flaubert, en el Centro Cultural de la Cooperación y no tiene pensado hacer televisión.
Publicado en Periódico DiAGONAL - Abril '05 - www.diagonal.org.ar