martes, junio 06, 2006

Entrevista a Gastón Pauls

“Las historias de los ex combatientes las tomo como bandera”


El actor cuenta cómo cambio su percepción de la Guerra de Malvinas luego protagonizar Iluminados por el fuego, la película argentina que muestra cómo vivieron el conflicto armado los soldados argentinos, y recuerda cómo fue filmar en las islas y la relación con los kelpers. Además, habla de su programa de TV y de la fundación que creó para ayudar a chicos y adolescentes.

“Después de la película, la causa de los chicos es mía. Ellos lo saben y yo lo sé. Yo no me puedo hacer el boludo. Mi papel no terminó el día que Tristán (Bauer, el director) dijo ‘Corten’. Gracias a Dios me despertó una necesidad de ayudar y apoyar cada uno de sus pedidos. Yo debo haber hablado con 100 ex combatientes. Cualquiera de esas historias las tomo como banderas y si yo puedo como actor ayudar a que ciertas cosas salgan a la luz, lo tengo que hacer”, afirma Gastón Pauls en referencia Iluminados por el fuego, la película que se estrenó el año pasado y que muestra cómo fue la vida de los soldados argentinos durante la Guerra del Malvinas de 1982.
-Cuando comenzó la guerra tenías 10 años, ¿Qué recuerdos tenés de esa época?
-Me acuerdo de mi viejo diciéndome que no entendía que se estaba festejando, diciéndome que se iban a morir muchos chicos. Y me acuerdo la contradicción que me generaba porque en la escuela todos mis compañeros y las maestras festejaban y yo venía de una casa donde no se festejaba la recuperación. Hoy yo le agradezco mucho eso a mi viejo, el no haberme hecho festejar una mentira.
-¿Y esa diferencia en tu casa con el resto de la sociedad se daba generalmente o fue en este tema puntual?
-Ya venía del Mundial del ’78 que mi viejo tampoco lo festejó, que también se lo agradezco. Y en esa época no lo entendía, tenía seis años y lo veía a mi viejo angustiado con el Mundial y el festejo. Mi viejo había estado detenido dos años antes.. A lo largo del tiempo, después del ’82, más por el lado de mi viejo, hubo una conciencia de lo social y de ciertas realidades de mis compañeros de camino y no tanto. Porque ver a un pibe con una bolsa cuando debería estar jugando con un autito…yo agradezco esa toma de conciencia que me hizo tener desde muy chico
-¿Crees que hay cada vez más conciencia en el sociedad?
- No sé. Creo que hay mucha gente que se está despertando. Me ha pasado mucho en el último tiempo con el programa y la película. Mucha gente venía a decirme que les daba vergüenza pero que ahora entendían algo que no habían entendido 24 años atrás. Iluminados por el fuego ayudó a escuchar una voz que venían alzando los ex combatiente hace 23 años. Iluminó una zona muy oscura de la sociedad argentina y de la humanidad…en todos lados hay guerras. Abrió el debate sobre que nos ocurre a los humanos con las guerras
-¿Que te cambió a vos la película con respecto a Malvinas?
- Yo, como mucho de los que no fuimos, no tenía una real dimensión de la pesadilla vivida, del horror de una guerra. La primera película que filme en mi vida, Territorio Comanche, fue en Sarajevo y Croacia después de la guerra y ví por primera vez las secuelas de la guerra, las caras, la tristeza en la mirada, el dolor, el silencio que deja una guerra y me parece que lo que hizo Iluminados… es nuevamente acercarme al horror y a la vergüenza de la guerra. Es casi imposible creer que un humano haya podido soportar eso. Y también es casi imposible entender como en cuatro paredes un grupo de gente decide una guerra y manda a los pibes de 18 años que terminaron el secundario cuatro meses antes
-¿Al terminar de filmar te costó salir de la historia?
-Creo que no se sale. Una vez que se entra se profundiza. Sería muy careta y una falta de respeto con la gente que me entrevisté. Me metí en la película de Malvinas y hoy estoy en contacto con varios centros de ex combatientes para organizar cosas con ellos. Sería una falta de respeto a ellos y a Edgardo Esteban (el ex combatiente autor del libro de la película) que hoy es mi amigo.
En el mismo sentido, a Pauls afirma que la única crítica que le importó fue la de los ex combatientes. “Que ellos hayan salido a apoyar mi trabajo era lo único que necesitaba y que buscaba”, sostiene.

Filmar en Malvinas
Las imágenes finales de la película fueron filmadas en las Islas Malvinas. Hasta allí viajó todo el equipo de filmación para hacer las tomas del Cementerio de Darwin. “Estás ahí y sabes que hay 700 lapidas a las que a la mayoría nunca nadie los visitó ni les puso una flor. Yo me pase 3 horas llorando junto a todo el equipo. No había manera de aguantar ese dolor, era muy triste”, recuerda, y agrega: “Ahora vuelvo con dos ex combatientes para el programa”.
-¿Cómo fue la relación con la gente de las islas?
-Muy buena onda, pero un poco distante. Los kelpers también son víctimas. Ahí hay gente hace 150 años y en el ‘82 de repente vinieron dos países a pelearse y nadie les preguntó a ellos. Fue duro para los kelpers también estar en un lugar tan alejado y empezar a recibir bombas. De hecho, ellos tenían muy buena onda con los argentinos. Venían a tratarse al Hospital Británico. Incluso algunos kelpers, si aflojan, te pueden hablar unas palabras en castellano. Pero después del ’82 se quedaron con una bronca grande.

Televisión
Gastón Pauls comenzó hace unos años con Ser Urbano y luego con Humanos en el camino, que también produce, donde se muestra historias de personas donde a menudo están presentes temas sórdidos como el hambre, la discriminación y o las drogas
-¿En algún momento no te saturás con estas historias tan terribles?
-Yo conocía la desnutrición en fotos, en la tele, pero cuando ves a pibes y a viejos desnutridos tenés dos opciones: te haces el boludo de por vida y no te acordás nunca más de eso o intentás convivir con eso y tratas de hacer algo por cambiarlo. Yo convivo con eso y a veces es muy difícil de llevar. Pero es lo que elegí y no lo quiero dejar.
-¿Que repercusión que tiene en la gente, mas allá de verlo?
-Hay gente que cree que es un negocio mío, que no sirve para nada y que es todo especulación. Pero hay gente que cree desde donde está hecho, que siente que sirve conocer ciertas realidades y ver que fibras le tocan a cada uno para ver que se puede hacer para que cambien. Y me parece lo más justo. Yo sé desde donde y por qué lo hago, pero el análisis de si es una demagogia mía ni yo puedo saberlo.
-¿Pero a través de mostrar ciertas realidades has logrado revertirlas?
-Sí. Muchas no me interesa salir a decirlas, pero nosotros recibimos 500 mails por programa. Y armamos un proyecto paralelo, que se llama El Puente, donde buscamos todas las organizaciones que ayudan desde muchos lugares y cuando vamos a un lugar ya tengo un relevamiento de las instituciones que ayudan en la zona y yo, como puente, trato de conectarlos. Tratamos de que el programa no sea una cosa que sale de 11 a 12 de la noche, si no que tenga una continuidad, que no sea sólo buscar una historia conmovedora. Si no sí es una especulación con el dolor ajeno.

La Casa de la Cultura de la Calle
Desde hace un año y medio Gastón Pauls fue más allá de su trabajo en cine y televisión y creó una asociación civil, la Casa de la Cultura de la Calle.
“Fue una necesidad de nada de no quedarme con lo que vi solamente. Yo tenía ganas de darles a los chicos, a través del arte, instrumentos para expresar lo que les pasa y que también el día de mañana quizás les permita encontrar un camino laboral”, afirma.
El proyecto nació por su iniciativa y se trata de una organización que busca generar un espacio creativo y productivo para chicos y adolescentes en situación de vulnerabilidad de derechos. Actualmente trabajan con 130 chicos que están en hogares o judicializados y les dan clases de pintura, música, teatro y literatura.
Pero el tema de la ayuda no es momentáneo. “Estaba en casa y ya hacía cuatro 4 meses que estábamos laburando en la fundación y me agarro vértigo. Me dije: ahora no puedo parar. Porque si yo abandono el trabajo voy a ser uno mas de los que los abandonan”

La guerra
La Guerra de las Malvinas (en inglés, Falklands War) fue un conflicto armado entre Argentina y el Reino Unido ocurrido en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur por la soberanía sobre esos archipiélagos australes dominados por Gran Bretaña y que la Argentina demanda como propios.
El 2 de abril las fuerzas argentinas desembarcaron en las islas y combatieron hasta el 14 de junio, cuando se produce la rendición y culmina el conflicto armado. Sin embargo el litigio por la soberanía todavía continúa.
El saldo final fue la reocupación de las Malvinas por el Reino Unido y la muerte de 635 soldados argentinos, 252 británicos y 3 civiles. En Argentina, la derrota en el conflicto precipitó la caída de la Junta militar que gobernaba el país tras el golpe de Estado de 1976, y se restauró la democracia como forma de gobierno.

lunes, junio 05, 2006

A leer!

Dos libros inéditos de Silvina Ocampo

Silvina Ocampo es considerada actualmente por muchos como una de las mejores escritoras argentinas. Sin embargo, durante su vida la sombra de Adolfo Bioy Casares, su marido, su amigo Jorge Luis Borges y su hermana Victoria pareció opacar su pluma.
A modo de rescate, Editorial Sudamericana lanzó la Biblioteca Silvina Ocampo con dos títulos inéditos de la autora: Invenciones del recuerdo, una autobiografía en verso libre y Las repeticiones y otros relatos inéditos. Además, también reeditó un libro de cuentos infantiles: La naranja maravillosa.
Invenciones del recuerdo fue hallado entre sus papeles después de su muerte y al igual que The Prelude, la autobiografía de William Wordsworth que Ocampo tradujo, está compuesta por fragmentos escritos en distintas épocas.
En el texto de Ocampo los primeros datan de 1960 y los últimos de 1987. Y si bien el orden de los recuerdos no sigue una cronología estricta, “tienen la secreta coherencia narrativa que sólo puede dar una destreza poética infalible”, afirma en la nota preliminar Ernesto Montequin, quien tiene a cargo el cuidado de la colección.
Las repeticiones y otros relatos inéditos, por su parte, contiene la mayor parte de las narraciones que Silvina Ocampo no publicó durante su vida. Se trata de 25 cuentos, dos novelas cortas y los fragmentos no incluidos en una de ellas escritos desde fines de los años treinta hasta los ochenta.
Todos los relatos abordan las obsesiones de la autora: el misterio de las casas y jardines; el enigma fatal o redentor de una voz; las crueldades y los artificios de la infancia; la predestinación de un nombre o los amores fantasmales, por mencionar algunos.
El trabajo de edición de este volumen ha sido arduo ya que Ocampo no acostumbraba fechar sus originales y se debió recurrir a factores externos como apuntes sueltos, alusiones en reportajes, papel y tinta utilizados o rasgos de la escritura.
Acompañando esta nueva colección, la editorial también reeditó La naranja maravillosa, un conjunto de cuentos para niños con ilustraciones de Irene Singer y un par de dibujos de la propia Ocampo.